Esos zapatos están para comérselos

Las hermanas llegan a casa y como no, tienen a su esclavo esperándolas cual perrito de compañía. Pero ellas nunca le dan la espalda a este esclavito, que solo quiere lamerle la suela de los pies, sentirse despreciable y servil ante la mirada de las dos malvadas hermanas ¡Al final incluso se ve como le meten el tacón las dos juntas!

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