Comiendo pies malolientes

Estas dos chiquillas vienen de la calle. Ha sido un día muy duro; mucho caminar. Es lógico que lo primero que se les pase por la cabeza al llegar a casa es relajarse. Y así lo hicieron. A una de ellas se le ocurrió la idea de llamar a un amigo suyo fracasado y sumiso, que le da igual las humillaciones que le hagan, pues él mismo cree que se lo merece.

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